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30 septiembre, 2024

«Viste el bomboncito que me estoy comiendo»: el femicida de la estudiante y un plan que falló

La mujer miró al acusado, abrazada por su esposo, y lanzó: «A usted, señor Parra, Agustina dice: ‘No es no’«. Fue uno de los momentos más impactantes del juicio que tuvo su final este miércoles en Cipolletti, Río Negro, con el veredicto de culpabilidad por femicidio, por parte de un jurado popular, para Pablo Parra (38), un trabajador petrolero que tenía «un interés obsesivo» con quien terminó siendo su víctima, la estudiante pampeana Agustina Fernández (19).

«Agustina no quería tener la relación que él pretendía, se lo manifestó a sus amigas, con actos y con hechos. Ella quería otra historia, quería vivir una vida libre», expresó uno de los abogados querellantes, Emanuel Roa Moreno, al describir las motivaciones del brutal crimen a golpes, cometido el 2 de julio de 2022 en el monoambiente donde vivía el vecino de la chica, en un complejo ubicado en la calle Confluencia al 1300.

Según la acusación, Parra había tenido un vínculo amoroso fugaz con la víctima, que había llegado de Santa Rosa para estudiar Medicina en la Universidad Nacional del Comahue.

El día del femicidio, ella pasó la tarde con un joven en su departamento, que alquilaba en el primer piso del complejo. El acusado vivía en la planta baja (era el único hogar con patio interno) y escuchó todo.

«Se estuvo hablando durante un mes y pasaron una tarde apasionada, mientras Pablo Parra estaba en su departamento», indicó Roa Moreno en su alegato.

El abrazo de los papás de Agustina Fernández (19), tras la condena al acusado del femicidio en Cipolletti, Río Negro. Foto La Mañana de Neuquén / Anahí CardenaEl abrazo de los papás de Agustina Fernández (19), tras la condena al acusado del femicidio en Cipolletti, Río Negro. Foto La Mañana de Neuquén / Anahí CardenaPara el abogado, Agustina «al principio estuvo interesada» en la relación con el trabajador petrolero, les decía a sus amigas que «era lindo», pero fue en un momento en que «no conocía a nadie» y recién llegaba a la ciudad, con solo 19 años. Sin embargo, esto cambió. «Ella ya no quería saber nada«, manifestó.

Cuando ocurrió el asesinato, la chica estaba en el departamento del sospechoso porque él la había invitado a cenar. Además, le prestaba el lavarropas y hasta le había dado un juego de llaves.

«Se aprovechaba de su vulnerabilidad», por la diferencia de edad y por no conocer la ciudad ni tener amigos allí, añadió la querella, que sostuvo que estos eran «gestos de mucha atención, pero también que le permitía tener un control sobre ella«.

Pablo Parra (38) fue condenado por el femicidio de la estudiante universitaria pampeana Agustina Fernández (19) en Cipolletti, Río Negro.Pablo Parra (38) fue condenado por el femicidio de la estudiante universitaria pampeana Agustina Fernández (19) en Cipolletti, Río Negro.El femicida, un técnico en seguridad ambiental que doblaba en edad a la víctima, planificó el crimen y también cómo zafar de las sospechas. Lo detuvieron casi seis meses después del hecho.

«El plan de Pablo Parra fue irse del lugar, ocuparse de ser visto que se retiraba en el auto y, en vez de irse a la casa de su padre y su madre, volvió a pie, ingresó por el paredón trasero del departamento y, a traición, atacó salvajemente a Agustina, le fracturó la mano contra la puerta, la sujetó en el piso y golpeó su cabeza tres veces contra el piso, la golpeó salvajemente», indicó Roa Moreno.

El abogado remarcó que Parra «aprovechó esa asimetría de fuerza física sobre ella para reducirla y reventarla, básicamente le rompió la cabeza».

Agustina Fernández (19), la estudiante pampeana asesinada en Cipolletti.Agustina Fernández (19), la estudiante pampeana asesinada en Cipolletti.«Simuló un robo, desordenó un cajón, su ropa y se retiró del lugar. Luego fue a lo de sus padres, compró el helado, la cerveza, con tarjeta de débito, se hizo de evidencia para poder justificar que estaba en otro lugar», puntualizó.

Los primeros análisis genéticos habían descartado al acusado, ya que el perfil de la piel que Agustina tenía en sus uñas (producto de sus intentos defensivos), no coincidía con el ADN de Parra.

Es más, la fiscalía de Cipolletti distribuyó el identikit de un sospechoso que había sido visto en las inmediaciones del complejo donde vivía Agustina. Era un muchacho que como señas particulares tenía un piercing, un tatuaje en las cejas y en los dedos de una mano, con la palabra ROCK.

El identikit del sospechoso que había elaborado la Justicia.El identikit del sospechoso que había elaborado la Justicia.Sin embargo, un elemento complicó al trabajador petrolero: dijo que tras el robo se asomó por un tapial y vio una escalera con la que supuestamente huyó el atacante. Los investigadores hallaron del otro lado del muro, en el alambrado del patio de su vivienda, un retazo de una prenda de vestir de Parra.

Agustina era hija de Mariano Fernández (43) y Silvana Cappello (42). Tras el crimen, su hermanita de 8 años le escribió una carta conmovedora. «Agus, yo te extraño mucho, en serio. Todas las noches pienso que estás ahí, a mi lado, pero cuando miro a la izquierda no hay nadie, y cuando veo tu cama no hay nadie, más que cajas y bolsas«, fue una de las frases.

La carta de la hermanita de Agustina Fernández (19), la estudiante pampeana asesinada en Cipolletti.La carta de la hermanita de Agustina Fernández (19), la estudiante pampeana asesinada en Cipolletti.

Una obsesión fatal

Según reconstruyó el fiscal Martín Pezzetta, «Pablo estaba obsesionado con Agustina. Y se enojó cuando se enteró de que ella se había relacionado con otra persona, justamente, un joven que trabajaba de mozo en la cervecería Antares. Entonces pensó un plan para matarla».

Por la querella, en representación de la madre y el padre de la víctima, trabajaron los abogados Roa Moreno y Damián Moreyra. El defensor del acusado fue Juan Coto, quien había pedido su absolución. El juez de juicio fue Guillermo Baquero Lazcano.

Fue clave el testimonio de dos vecinos del complejo, Daiana Morales y Ricardo Espinoza, que oyeron el momento del ataque. «Viste el bomboncito que me estoy comiendo«, le dijo Parra a la joven cuando se cruzó un día con ella, en un reprochable comentario que -según subrayó- le «dio asco».

Al declarar vía Zoom desde España, afirmó haber escuchado un golpe similar a un mazazo y un par de gritos: «¡Pará, pará!» e «¡Hijo de puta!».

Agustina Fernández (19), la estudiante pampeana asesinada en Cipolletti.Agustina Fernández (19), la estudiante pampeana asesinada en Cipolletti.También habló una ex pareja del imputado, quien enfatizó que al principio la relación fue «normal» pero después fue hostigada de distintas maneras.

De acuerdo a las amigas que Agustina había conocido en Cipolletti, iban a visitarla al departamento «y el flaco siempre aparecía«.

Tras el ataque, por el cual la estudiante agonizó tres días en un hospital, Parra nunca mostró empatía por la víctima y estuvo más preocupado en instalar que él no estaba en el lugar en ese momento.

Pablo Parra (38) fue condenado por el femicidio de la estudiante universitaria pampeana Agustina Fernández (19) en Cipolletti, Río Negro.Pablo Parra (38) fue condenado por el femicidio de la estudiante universitaria pampeana Agustina Fernández (19) en Cipolletti, Río Negro.«Las razones que movilizaron la acción de Pablo Parra fue ese despecho, esta imposibilidad de gestionar ese rechazo de otra forma. Ella quiere otra cosa, ella quiere ser libre y eso tenés que respetarlo, no es un objeto, no te pertenece y no es que si no es de vos no va a ser de nadie«, cerró el abogado Roa Moreno.

El veredicto contra Parra, que no habló ante el jurado, fue de culpabilidad «por femicidio, por haber sido cometido por un hombre hacia una mujer y por mediar violencia de género«. Si bien resta hacerse el juicio de cesura, la única pena probable es prisión perpetua.

EMJ

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