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28 septiembre, 2024

Una empresa láctea cordobesa pidió suspender parte de su personal y busca renegociar condiciones laborales

Alimentos Refrigerados SA solicitó paralizar a parte de sus 500 empleados en medio de un contexto de concurso preventivo y disminución en el consumo de lácteos.

Alimentos Refrigerados SA (ARSA) cuenta con plantas lácteas en varias provincias; en la imagen, la planta de Arenaza, en la provincia de Buenos Aires. (Foto: Clarín).

Alimentos Refrigerados SA (ARSA) cuenta con plantas lácteas en varias provincias; en la imagen, la planta de Arenaza, en la provincia de Buenos Aires. (Foto: Clarín).

En un escenario marcado por la crisis económica y la baja en el consumo de lácteos, la empresa Alimentos Refrigerados SA (Arsa) se encuentra en una situación complicada. Con plantas en Monte Cristo, Córdoba, y Arenaza, Buenos Aires, la compañía solicitó suspender a una parte de sus 500 trabajadores en un intento por enfrentar las dificultades financieras.

La medida busca encontrar alternativas para asegurar la continuidad de las operaciones de la empresa, que se encuentra en concurso preventivo desde marzo.

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A pesar de la resistencia de Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (ATILRA), la empresa busca negociar nuevas condiciones laborales para adaptarse a un entorno económico complicado, caracterizado por una disminución en el poder adquisitivo y una caída en el consumo general de productos lácteos.

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Suscribite acáAsimismo, las autoridades de Arsa se reunieron con representantes sindicales en un intento por presentar en detalle la crítica situación que enfrenta la empresa y explorar posibles soluciones. Sin embargo, el camino hacia la estabilidad parece estar lleno de obstáculos en un contexto económico adverso para el sector lácteo.

La cooperativa produce yogures, flanes y postres en sus plantas de Monte Cristo y Arenaza. (Foto: ARSA).

La cooperativa produce yogures, flanes y postres en sus plantas de Monte Cristo y Arenaza. (Foto: ARSA).

El sector lácteo enfrenta dificultades generalizadas que afectan a diversas empresas en todo el país

En 2016, como parte de su proceso de reestructuración, la cooperativa láctea Sancor acordó la venta de sus líneas de yogures, flanes y postres a Vicentin Family Group, por un total de U$S 100 millones. Este acuerdo condujo al surgimiento de Arsa, una nueva entidad independiente que asumió la gestión de las plantas de producción ubicadas en Monte Cristo y Arenaza. Sin embargo, el camino de Arsa estuvo marcado por desafíos financieros desde su inicio.

En diciembre de 2023, Arsa, ahora bajo la gestión de la empresa venezolana Maralac, solicitó su concurso preventivo de acreedores debido a problemas financieros derivados del contexto macroeconómico. Este proceso fue convalidado por la Justicia el 1° de marzo de 2024. La empresa declaró un pasivo de $49.713,7 millones en 339 acreedores, además de $67.354,1 millones eventuales por garantías de deudas de terceros relacionadas con la compra de Sancor en 2016.

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Ante la situación financiera crítica, Arsa planteó la necesidad de implementar suspensiones laborales como medida para adecuar su plantilla de empleados a los niveles actuales de producción y ventas. Esta medida, aunque difícil, se considera “indispensable para garantizar la viabilidad de la empresa en un contexto económico adverso y en constante evolución”.

La empresa láctea propuso suspensiones temporales, a lo que el sindicato Atilra respondió con amenazas de medidas de fuerza. (Foto: ARSA).

La empresa láctea propuso suspensiones temporales, a lo que el sindicato Atilra respondió con amenazas de medidas de fuerza. (Foto: ARSA).

En este contexto, frente al pedido de suspensión laboral por parte de Arsa, ATILRA rechazó de manera contundente la propuesta, argumentando que “esta medida afectaría gravemente a los trabajadores”. Además, amenazaron con la implementación de medidas de fuerza en caso de persistir con la solicitud de suspensión. Sin embargo, desde la empresa advierten que “tales acciones podrían agravar aún más la situación financiera de la compañía”.

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La situación crítica de Arsa no es un caso aislado en la industria láctea. Desde finales del año pasado, otra empresa del rubro, La Lácteo, ubicada en Capilla de los Remedios, Córdoba, también enfrenta dificultades económicas y financieras.

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