Julieta Prandi transita un renacer en su vida, respira aliviada y con aires de libertad. Parece mentira que ella le esté pasando esto justamente por todo lo que sufrió, porque es una víctima que si bien terminó siendo escuchada por la Justicia le llevó mucho tiempo reconstruirse y lograr que su ex Claudio Contardi pague el verdadero precio las atrocidades que hizo.
Tras varios años de una batalla judicial que puso a prueba toda su fortaleza, Prandi pudo enfrentar las cámaras con otro semblante. Recuperó parte de ese aura que había perdido a manos de Contardi luego de escuchar la sentencia a 19 años de prisión por abuso sexual agravado y violencia de género. Esto marca un antes y un después en su vida y en la de sus hijos, Mateo y Rocco.
“Hoy empiezo a vivir”, resumió Julieta con una frase que sintetiza el peso que dejó atrás y el nuevo capítulo que comienza. No fue un camino sencillo: detrás hay una historia marcada por denuncias, audiencias y años de resistencia, donde el bienestar de sus hijos fue siempre su prioridad.
La noticia de la condena de Contardi también trajo preguntas sobre el vínculo de los chicos con su padre. Pero Prandi fue muy clara sobre lo que sienten sus hijos en este momento tras conocer que su padre biológico irá a prisión: “Ellos no quieren verlo y fue comprobado por el servicio de la niñez”.
JULIETA PRANDI CONTÓ LA VERDAD DEL VÍNCULO DE SUS HIJOS CON SU PAPÁ BIOLÓGICO
Tal y como recordó Julieta, hubo un proceso de entrevistas realizadas por psicólogos de la Justicia que confirmaron la voluntad de los menores de no tener contacto. “A ellos se les hizo un montón de entrevistas con psicólogos de la Justicia y por voluntad de los menores no lo ven y nadie puede obligar a un menor a revincularse si ellos no lo desean”, detalló.
La actriz subrayó que esa decisión no es producto de una imposición de su parte, sino de la experiencia que ellos mismos vivieron. “Ellos son libres, si quisieran verlo pueden hacerlo, nunca les prohibí. Solo es su padre biológico, pero nunca se acercó, ni hizo nada por proveer su educación, alimentos, cuidado, es violento y mis hijos han contado eso”, afirmó, exponiendo la ausencia de interés de Contardi con sus hijos más allá del vínculo sanguíneo que los une.
En cuanto al presente familiar, Prandi reconoció que el impacto emocional sigue siendo profundo. La sentencia no borra el dolor acumulado, pero sí representa un cierre judicial a una historia que afectó cada aspecto de su vida: “Ellos están en crisis, están cayendo, el más grande sobre todo está entendiendo la gravedad de los hechos. No hay otra causa”.
Más allá de lo que hará la defensa de Contardi con este fallo, Julieta hoy elige aferrarse al presente y entender que se está haciendo Justicia. Con la condena dictada y la verdad reconocida, el camino ahora será reconstruir la paz junto a sus hijos.