En un contexto económico marcado por la necesidad de divisas y la presión por cumplir con los compromisos internacionales, el Gobierno argentino se encuentra en la antesala de una decisión clave: el segundo desembolso de USD 2.000 millones por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI), correspondiente a la primera revisión técnica del acuerdo firmado en abril.
Mientras el directorio del organismo se prepara para evaluar los resultados de esa revisión, el equipo económico nacional, con la tutela del Gobierno, ha desplegado una serie de maniobras para acelerar la acumulación de reservas, sin recurrir directamente a la intervención del Banco Central (BCRA).
La primera revisión del acuerdo de Servicio Ampliado del Fondo (SAF), que contempla un financiamiento total de USD 20.000 millones, fue concluida por el staff técnico del FMI el jueves pasado.
El informe reconoce avances en la implementación de políticas macroeconómicas, como el sostenimiento del ancla fiscal, la reducción de la inflación y la transición hacia un régimen cambiario más flexible. Sin embargo, el punto más sensible sigue siendo la acumulación de reservas, donde Argentina aún no ha alcanzado plenamente las metas pactadas.
El Gobierno había asumido el compromiso de acumular USD 4.400 millones en reservas netas para junio, pero las dificultades en el mercado cambiario y la menor liquidación de exportaciones complicaron el cumplimiento.
A pesar de ello, el FMI reconoció que el programa “ha tenido un inicio sólido” y que las conversaciones están “muy avanzadas”, aunque aún no se ha fijado una fecha concreta para el desembolso.
Riesgos y tensiones en el horizonte
Si bien la estrategia ha mostrado resultados positivos en el corto plazo, también ha generado preocupaciones. La consultora 1816 advirtió que el BCRA habría alcanzado una posición vendida en contratos de futuros cercana a USD 4.800 millones, lo que representa un riesgo significativo en caso de volatilidad cambiaria. Además, el calendario electoral podría intensificar la demanda de dólares, en un contexto de menor oferta por parte de los exportadores.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, intentó minimizar las críticas del FMI sobre el bajo nivel de reservas, afirmando que “no hay ningún problema con la acumulación de reservas” y que el Gobierno está cumpliendo con sus objetivos. Sin embargo, la posibilidad de solicitar un waiver (dispensa técnica) por el incumplimiento parcial de la meta de reservas sigue latente.
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