El gobernador de Texas, Greg Abbott, se propuso modificar de manera profunda el panorama fiscal de la vivienda en el estado. Este lunes viajó al norte del estado para firmar dos nuevas leyes que prometen alivio para propietarios, especialmente en zonas de crecimiento acelerado como el condado de Denton. Sin embargo, no todo gira en torno a los impuestos: otra legislación pendiente sobre el cáñamo podría alterar por completo un sector en auge.
Abbott firmó dos proyectos clave este lunes: el Senate Bill 4 (SB 4) y el Senate Bill 23 (SB 23). Ambas normas apuntan a aumentar las exenciones fiscales sobre viviendas habituales, lo que reducirá la carga impositiva de miles de contribuyentes. La rúbrica de estas leyes no solo significa un cambio inmediato, sino que abre la puerta a enmiendas constitucionales que deberán ser votadas por los texanos en noviembre.
Senate Bill 4: nueva exención general para viviendas habituales
Este proyecto eleva la exención general de impuestos ad valorem de US$100 mil a US$140 mil para toda vivienda utilizada como residencia principal. Se aplicará exclusivamente a los impuestos recaudados por los distritos escolares, lo que representa uno de los componentes más significativos en la factura fiscal de los propietarios.
Los propietarios recibirán facturas de impuestos provisionales reducidas en 2025, que se volvieron definitivas tras la votación.
Senate Bill 23: beneficio para mayores y personas con discapacidad
El Senate Bill 23 complementa al SB 4, pero enfocado en un sector particularmente vulnerable de la población: los adultos mayores de 65 años y quienes tienen alguna discapacidad. En la actualidad, estos propietarios ya reciben un beneficio adicional, pero la nueva norma lo amplía considerablemente.
Ambas leyes representan en conjunto un alivio significativo. Según la información del medio local NBC DFW, podrían significar ahorros de miles de dólares anuales para los propietarios.
Mientras el foco político está puesto en la vivienda, otra ley generó gran revuelo: el Senate Bill 3, que regula de forma drástica los productos derivados del cáñamo, particularmente aquellos que contienen tetrahidrocannabinol (THC) o variantes sintéticas. Esta legislación no fue firmada aún, pero si Abbott no actúa antes del 22 de junio, se convertirá automáticamente en ley. Desde medios como CBS estiman que la decisión podría llegar pronto y esperan que el mandatario se exprese al respecto.
El proyecto prohíbe la venta, fabricación y distribución de cualquier producto de cáñamo consumible que contenga cannabinoides distintos al CBD (cannabidiol) o CBG (cannabigerol). Afecta directamente a negocios que comercializan productos como gomitas, aceites, bebidas o cosméticos con efectos psicoactivos leves.