POLÍTICA
El sábado a la madrugada, Bianco se negó a realizar el test y se le fueron retirados la licencia y un vehículo oficial.
Mientras la Provincia de Buenos Aires atraviesa uno de los momentos más delicados del último tiempo, tanto en política interna como en el incremento de casos de delincuencia, el gobierno de Axel Kicillof suma un nuevo capítulo vergonzoso a una gestión que denota decadencia.
El sábado a la madrugada, el ministro de Gobierno bonaerense, Carlos Bianco —uno de los funcionarios más cercanos al gobernador— fue interceptado en la autopista Buenos Aires–La Plata mientras circulaba a bordo de un vehículo oficial de la Provincia de Buenos Aires. Ante el pedido de un test de alcoholemia, Bianco se negó rotundamente a realizarlo. Como resultado, la policía vial procedió a retenerle tanto la licencia de conducir como el automóvil, tal como lo establece la normativa vigente.
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Este hecho no solo pone en evidencia la actitud imprudente de un alto funcionario público, sino también la permisividad con la que se manejan los recursos del Estado en el entorno de Kicillof. El incidente tuvo lugar a la 1 de la madrugada del sábado, justo cuando el gobernador acababa de anunciar una medida que agitó aún más las aguas internas del peronismo bonaerense: el desdoblamiento de las elecciones provinciales respecto de las nacionales, desoyendo las presiones de La Cámpora y de la propia ex mandataria, Cristina Fernández de Kirchner.
La conducta de Bianco se convirtió en un bochorno público. Como si no fuera suficiente, el propio ministro intentó justificar su negativa en declaraciones al periodista Santiago Fioriti: “No había tomado alcohol”, aseguró, aunque rápidamente se contradijo al agregar que su negativa obedecía a que “lo estaban filmando”. “No sé qué van a hacer con el video”, remató, dejando entrever un temor más propio de quien sabe que está cometiendo una falta que de alguien con la conciencia tranquila.
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La decisión de Kicillof de separar los comicios, fijando la fecha provincial para el próximo 7 de septiembre, no fue bien recibida dentro de Unión por la Patria. La tensión se volvió tan insostenible que el domingo por la tarde se organizó una cumbre de urgencia con Máximo Kirchner y Sergio Massa, en la que, a pesar de extensas deliberaciones, no se logró consenso. El gobernador, acorralado por las divisiones internas, finalmente avanzó de forma unilateral.
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