Juicio por la muerte de bebés en Córdoba: el perfil criminológico y los testimonios que apuntan más allá de la enfermera

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Como piezas que componen un rompecabezas, en los Tribunales de Córdoba avanza el juicio para determinar qué pasó en 2022 en el Hospital Neonatal, donde murieron cinco bebés recién nacidos y otros ocho tuvieron serias complicaciones.

En las declaraciones de esta semana, se presentó el perfil criminológico, el informe que busca rearmar la serie que reúne esos 13 casos, y hubo otros testimonios importantes: los que apuntan a las responsabilidades más allá de la principal acusada, la enfermera Brenda Agüero.

El análisis criminológico fue una carta fuerte que jugó la fiscalía. No es técnicamente una pericia porque no tuvo control de las partes, sino un informe que elaboró un equipo de la Policía Judicial integrado por la abogada Ana Cufré y la licenciada en Trabajo Social Aída Raquel Ibarra, ambas especialistas en comportamiento criminal.

Lo que buscan los fiscales es demostrar una serie de casos, un patrón común, que tiene en todos como protagonistas a un bebé recién nacido sano que a las pocas horas se descompensa sin razón, y a la enfermera Brenda Agüero en esa escena, señalada como responsable.

La pericia interdisciplinaria, que se había presentado con anterioridad, había tipificado cinco de los casos con certeza de un accionar intencional para provocar daños severos o irreversibles, tres con alta probabilidad de ser intencionales y cinco con información escasa o posibilidad de que tengan otra explicación, según detalló La Voz.

Este nuevo informe fue cuestionado por las defensas, que entre otras cosas tomaron lo que declararon las mismas expertas: que pese a su experiencia, nunca habían estudiado presuntos homicidios en serie en Córdoba. El punto es que, hasta el horror del Neonatal, nunca hubo en la provincia otro posible asesino serial.

Desde el Tribunal, autorizaron el informe aunque advirtieron que «no reviste calidad de pericia» y no tiene «conclusión médica completa» porque «se trata de una prueba importante para la teoría del caso del Ministerio Público Fiscal».

Para armar el perfil criminológico –que llevó nueve meses y en el que tomaron en cuenta las historias clínicas y todo el material en el expediente hasta septiembre de 2023 –, trabajaron neonatólogos y medicos forenses, y una arquitecta experta en planimetría. Realizaron una línea de tiempo del recorrido de cada mamá y cada bebé, y marcaron en un mapa los accesos del centro obstétrico para explicar cómo era la circulación en ese lugar clave.

“Hay patrones y características muy particulares que definen la serialidad. La temporalidad es uno. Hay un espacio entre una víctima y la siguiente. Es el período de enfriamiento del victimario. El modus operandi es otro aspecto común. La víctima era muy vulnerable y el victimario tenía que tenerla muy cerca para poder inocular con un elemento exógeno como potasio o insulina”, expuso Ibarra.

Y afirmó que una sola persona, con conocimientos y habilidades, puede ser la agresora: “Una persona cuya presencia en el lugar de los hechos esté justificada por su actividad laboral puede desplazarse sin llamar la atención”. La defensa de Agüero cuestionó este punto, señalando que no era cierto que el ingreso al centro obstétrico fueran restringidos, y que además el lugar se modificó después de los hechos.

Al profundizar sobre el perfil del asesino, Ibarra dijo que el o la agresora tenían «habilidades y conocimientos de manejo y de uso de esa herramienta, la utilizada para realizar estos ataques”, el potasio o la insulina que se encontraron en los bebés.

Y con una declaración fue lapidaria para con la enfermera: “Si el asesino no hubiera sido detenido, hubiera seguido matando. Hay un período de enfriamiento, pero también una compulsividad. Va evaluando el contexto, la oportunidad. Pero no hubiera parado”.

Otro punto de controversia fue que cuando se realizó el informe, la causa tenía 21 cuerpos y al llegar a juicio ya eran 36. Pero la abogada Cufré defendió que se analizó cada caso, y que precisó que hay llamativas coincidencias en las descompensaciones, lesiones, pinchazos, problemas en el corazón, altos niveles de potasio o de insulina y, siempre, el contacto de Agüero con los bebés.

La responsabilidad de la directora

En la audiencia de este jueves, hubo otro testimonio importante, que empezó a correr el eje de Brenda Agüero, la principal acusada, al resto de los que están siendo juzgados por las muertes de los bebés. Esta es una característica distintiva del juicio cordobés: no sólo se está juzgando a la supuesta autora material, sino a quienes habrían sido responsables de que eso sucediera o que tomaron acciones para evitar el escándalo. Hay 10 acusados más, entre ellos la ex directora del hospital y el ex ministro de Salud provincial.

Hubo testimonios de profesionales de salud del centro médico que dieron cuenta del caos y la falta de respuesta de las autoridades médicas, y uno de ellos fue el de la médica Jimena Tercelán, quien aseguró que el 7 de junio, unas 20 personas le pidieron a Liliana Asís, la entonces directora, que cerrara el hospital. Ese día, cuatro bebés se descompensaron y dos de ellos murieron.

Ese martes, en una noche que fue descripta como de «horror» por varios testigos, la mujer cumplía tareas como médica de guardia contratada. Contó entre lágrimas cómo vio a un bebé con pinchazos, el segundo en menos de siete días. “Los bebés no podían quedar solos. Algo pasaba. Les pedí a las enfermeras de Neo que no dejaran a los chicos solos”, remarcó.

Relató que contó lo ocurrido a sus superiores, y que se puso a disposición para elaborar un informe, pero nada sucedió. “Nos dijeron que todo se estaba investigando, que se iba a hacer un análisis de causa raíz. Pero a mí nunca me pidieron un informe –afirmó–. Nos mintieron a nosotros (los médicos), a los padres y a la sociedad”.

La médica se presentó a declarar vestida de negro “porque la formación pública está de luto. Esos papás sufrieron el peor daño, que es la pérdida de un hijo, y el personal médico recibió los daños colaterales. Nos quedó un trauma después de ver todo eso. Yo me formé para recibir bebés y acompañarlos en la crianza, no para esto”.

AS

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