¿Le soltó la mano? Esa es la pregunta que empezó a circular después del inesperado desplante que habría sufrido Wanda Nara de parte de nada menos que Susana Giménez, la figura que ella misma considera un “pilar” en los momentos más turbulentos de su vida.
La relación entre ambas siempre fue cercana, casi de amistad, y hasta parecían tener comunicación fluida. Pero en las últimas horas trascendió una actitud de la diva que llamó poderosamente la atención.
Durante años, Wanda encontró en Susana un apoyo clave. Fue ella quien la entrevistó en los momentos más decisivos: primero, después de su reconciliación con Mauro Icardi; y más tarde, cuando encaró su separación definitiva del futbolista.
En ambos casos, Susana fue la elegida para dar su palabra sin filtros y con impacto. Por eso, lo que ocurrió este fin de semana generó ruido en los pasillos mediáticos: la conductora histórica de Telefe le habría dicho que no a una invitación muy especial.
El periodista Gustavo Descalzi contó en A La Tarde un detalle que dejó a todos congelados: “Wanda Solange llamó a Susana y la invitó a su casa de Punta del Este para tomar el té y conocerse el lugar. Estaba desesperada porque Susana tomara partido por ella”, aseguró.
Según relató, la empresaria tenía un objetivo claro: lograr una foto con la diva en su nueva casa para enviarle un mensaje contundente al ambiente. Pero eso no sucedió. “Susana le respondió que ese fin de semana tenía que recibir a los que le cortan el pasto y que debía estar ahí”, reveló Descalzi.
La excusa, aunque válida, resultó llamativa para muchos que conocen a la diva y que saben que pocas cosas la distraen cuando se trata de encuentros con personas que considera parte de su círculo íntimo. Detrás de esta negativa, comenzaron a tejerse hipótesis.
Algunos hablan de un posible cansancio de Susana frente a los escándalos incesantes que rodean a Wanda. Otros, de una estrategia para tomar distancia en un momento donde cada gesto puede interpretarse como un posicionamiento público.
Lo cierto es que la decisión dejó a la empresaria sin la foto soñada en su nueva propiedad de Punta del Este, una mansión que describe como “un sueño cumplido” y que ya recibió visitas de Zaira, Andrés Nara y su actual pareja, Martín Migueles.
El dato es relevante porque Susana, en ocasiones anteriores, había mostrado un apoyo explícito a Wanda. Cuando viajó con Marley a Turquía, se negó a participar de la entrevista grupal con Mauro Icardi y, además, nunca ocultó su postura crítica hacia la China Suárez durante el escándalo que sacudió a la farándula.
Ahora, en cambio, la situación parece diferente. ¿Hubo un cambio de postura? ¿Se cansó del ruido mediático? ¿O simplemente no quiere quedar atrapada en un nuevo frente de conflicto? La pregunta queda abierta, pero una cosa es segura: cuando Susana se corre, las señales nunca pasan inadvertidas.
