El INDEC informó que la inflación de julio fue de 1,9%, tres décimas más que el 1,6% de junio. En mayo, el índice había marcado 1,5%, el nivel más bajo en cinco años. La leve aceleración mensual respondió a aumentos estacionales por las vacaciones de invierno y al encarecimiento de ciertos alimentos como verduras y carnes.
Julio fue el tercer mes consecutivo con el Índice de Precios al Consumidor (IPC) por debajo del 2%, en línea con lo esperado por consultoras privadas, que proyectaban entre 1,6% y 2%. En los primeros siete meses de 2025 acumuló un alza de 17,3%, mientras que la variación interanual fue de 36,6%. La inflación núcleo avanzó 1,5%, el menor registro desde enero de 2018.
IPC de julio 2025: los rubros con mayores subas de precios
Recreación y cultura fue el rubro con mayor aumento mensual, con un 4,8%, impulsado por servicios de entretenimiento y turismo en el receso invernal. Le siguieron transporte (2,8%), por subas en el transporte público y mantenimiento de vehículos, y restaurantes y hoteles (2,8%).
En el otro extremo, prendas de vestir y calzado cayeron 0,9% por liquidaciones de temporada y promociones frente a la competencia de compras online. Alimentos y bebidas no alcohólicas aumentaron 1,9%, igual que el nivel general, con un peso del 23% en Buenos Aires y mayor incidencia en el resto del país.
Dentro de este rubro hubo subas en verduras, tubérculos y legumbres, carnes y derivados, y pan y cereales en el Gran Buenos Aires, Pampeana, Noreste, Noroeste y Cuyo. En la Patagonia, el transporte fue el factor más influyente.
En la Ciudad de Buenos Aires, el IPC de julio fue de 2,5%, con un acumulado de 18,1% y un interanual de 40,9%, tercera suba consecutiva tras el 2,1% de junio y el 1,6% de mayo.
Subas y bajas de precios según el INDEC en julio 2025
Con estos resultados, el IPC de julio 2025 consolida tres meses consecutivos por debajo del 2%, un comportamiento que el mercado seguirá de cerca en agosto ante posibles presiones cambiarias y ajustes de precios.
Los analistas recomiendan monitorear especialmente la evolución de alimentos y transporte, por su peso en el índice y su impacto directo en el costo de vida de los hogares.