El aumento en los impuestos a los combustibles reaviva el debate sobre la sostenibilidad del modelo económico argentino, con un gasto público elevado y sin crédito interno.
Para hablar sobre este tema, Canal E se comunicó con el economista Alejandro Barros quien comentó que, “el impacto es negativo porque está encareciendo todo lo que es transporte, y eso se transfiere a toda la cadena productiva”, en referencia a la suba de impuestos al combustible confirmada por el Gobierno.
A pesar de contar con recursos como Vaca Muerta, el país presenta uno de los precios de nafta más altos de la región. “Deberíamos tener combustible accesible, pero la carga impositiva es muy fuerte, no solo en este rubro”, explicó el economista.
El peso de un Estado sobredimensionado
Barros criticó con dureza la contradicción del Gobierno actual, que en campaña prometió reducir impuestos pero ahora los aumenta: “Cuando vos tenés un sector público exuberante, eso hay que pagarlo de alguna forma: con impuestos”.
Señaló que existen “cuantiosas dependencias del sector público que casi no tienen sentido”, y cuestionó el rol de los fideicomisos estatales: “Lo único que hacen es recargar gastos”. Para Barros, “el mejor fomento que se puede hacer a una zona es bajarle los impuestos”.
Transporte caro, infraestructura precaria
El experto remarcó que el 50% del transporte desde Vaca Muerta se realiza en camiones, lo que encarece aún más los costos. “El transporte de trenes podría ahorrar hasta un 20% en costos, pero está destruido, sin inversión ni reposición de vías”, señaló.
Esto, a su juicio, es consecuencia de años de “un sistema gubernamental fijado en lo estatal y sin pensar en el agregado de valor privado”.
La trampa del gasto público sin desarrollo
Consultado sobre cómo romper este círculo, Barros profundizó: “Hasta ahora se solucionó parcialmente el tema financiero. Ahora hace falta crédito”. Criticó los altos encajes bancarios: “En el mundo los encajes están por debajo del 20%. Aquí están anclados, y eso impide expandir la industria”.
Además, afirmó que “el gasto público no es el problema en sí, sino su tamaño relativo al país que pretendemos”. La única salida, sostuvo, es “una generación muy fuerte de crédito y de mercado de capitales”.
El problema de fondo: la destrucción del peso argentino
En el corazón del análisis, Barros apuntó al deterioro de la moneda nacional. “La moneda del país es el soporte del valor agregado”, explicó, y lamentó que “el mismo Estado promueve el uso de moneda extranjera”.
“Mientras destruyamos nuestra moneda, no tengamos crédito y mercado de capitales, la presión impositiva va a seguir siendo monstruosa”, sentenció. Según él, la dolarización parcial que permite el ingreso desmedido de divisas extranjeras “afecta el funcionamiento económico y promueve el atesoramiento en dólares en lugar de inversión productiva”.
Una advertencia sobre el futuro económico
Barros finalizó su análisis señalando que “el crédito es el capital de trabajo, y el mercado de capitales es el capital fijo”. Sin estas dos herramientas, “no se puede expandir ni la industria, ni la infraestructura, ni generar empleo privado”.
Para el economista, si no se reconstruye una base sólida —con moneda estable, crédito e inversión, “seguiremos atrapados en un esquema impositivo insostenible”.