Orlando Canido, fundador de la marca de gaseosas Manaos, lanzó duras críticas contra el peso de la carga impositiva en Argentina y aseguró que ese factor es el principal responsable de los altos precios de los productos.
«Una botella que al consumidor le llega a $1.000, la podría vender en $480 si no fuera por los impuestos», sostuvo el empresario, quien emplea a unas 600 personas en su planta. Es decir que, según su ejemplo, más de la mitad del valor que se paga por una gaseosa son impuestos.
La queja del dueño de Manaos por los altos impuestos en Argentina
Durante una entrevista en La Fábrica Podcast, Canido se refirió también a los sobrecostos en servicios públicos, especialmente en electricidad. «Yo gasté de luz $118 millones y la factura me llegó en 600 millones», denunció. Según explicó, si le cobraran únicamente por el consumo real, podría reducir sus precios «por lo menos un 20%».
Además del factor impositivo, el empresario reclamó por la falta de acompañamiento del Estado a los sectores productivos. «Desgraciadamente, estamos medio huérfanos nosotros por la parte del Gobierno. Somos castigados con muchos impuestos, mucha persecución y mucho control, con inspecciones constantes», señaló.
Y comparó la situación local con la de otros países: «Yo veo, por ejemplo, cuando voy a Estados Unidos el apoyo que le dan al empresario allá, lo acompañan, lo ayudan, lo empujan para adelante. En Europa es lo mismo, se lo respeta«.
Canido también reveló que fue tentado por el gobierno de Brasil para mudar su producción: «Me venían a buscar para que vaya a poner una planta allá y me daban de todo y un poco más. Y acá nada. Yo salí de abajo por esfuerzo, sacrificio, tesón y actitud, pero palos en la rueda tuve constantemente«.
«Nací en La Matanza y sigo viviendo ahí. Pero yo me siento desprotegido, no siento que me cuiden acá como un hijo de Argentina, un empresario argentino», expresó con frustración. «Acá el nacionalismo medio es superficial. Les da lo mismo si cerrás o no».
«Si no fuera porque está Manaos, no sé cuánta gaseosa tomarían los argentinos»
Canido también reivindicó el rol de Manaos como factor de competencia dentro del mercado de las bebidas, al afirmar que su presencia evita precios abusivos por parte de las marcas líderes: «Si no fuera porque estoy yo en la Argentina, no sé cuánta gaseosa tomaría el pueblo, porque una Coca-Cola podría costar $9.000«.
Según detalló, una botella de Manaos de 2,25 litros cuesta actualmente unos $1.500, mientras que las marcas competidoras rondan los $4.000.
El empresario recordó que fue «el distribuidor más grande en la historia de Coca-Cola», con ventas que llegaron a «60 camiones por día». También contó que en el mercado de cervezas, su empresa superó en ventas al propio dueño de Bieckert: «El dueño era Antonio Cafiero, gobernador de la Provincia de Buenos Aires, y yo lo superé a él».
Sobre cómo afronta las crisis económicas, explicó que su estrategia fue siempre invertir: «Cuando pude hacer una diferencia económica, compré alguna propiedad, compré campo y mucha mercadería. Entonces, a mí nunca me agarró el banco y se quedó con mi dinero. Toda la plata la invierto en mercadería».
Sin embargo, admitió que no salió ileso de la hiperinflación entre los gobiernos de Raúl Alfonsín y Carlos Menem. En ese momento, proveía gaseosas con marca propia a grandes cadenas y sufrió una fuerte pérdida: «Makro me debía $581.000, que en ese momento eran u$s581.000, y me devolvió la mercadería vencida ocho meses después». Logró sobrevivir gracias a su red de distribución directa, que aún conserva.
Por último, mencionó una anécdota sobre el nombre de su marca: «Me jugó en contra haber elegido Manaos, porque en algún momento me criticaron: la gaseosa argentina, pero marca brasilera. Aunque hoy ya está, la gente ya la incorporó«.