Tesla demanda a un exempleado por filtrar tecnología de su robot humanoide a una startup rival

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Tesla inició una acción legal en el Tribunal del Distrito Norte de California contra Zhongjie “Jay” Li, un exingeniero de la compañía, a quien acusa de apropiarse de documentos altamente confidenciales relacionados con el desarrollo de Optimus, el robot humanoide que representa una de las grandes apuestas tecnológicas de la firma que dirige Elon Musk. La denuncia también apunta contra Proception Inc., una startup fundada por el propio Li pocos días después de su salida de la automotriz.

De acuerdo con la demanda presentada el 12 de junio, durante los dos años que Li formó parte del equipo de investigación y desarrollo de Tesla (entre 2022 y 2024) habría tenido acceso privilegiado a archivos internos vinculados con los sensores manuales del robot, una de las áreas más delicadas y avanzadas del proyecto. Tesla sostiene que el exempleado utilizó dos teléfonos móviles para copiar y extraer esa información, que luego habría sido utilizada para acelerar procesos clave dentro de la flamante compañía.

Lo que genera mayor preocupación en Tesla es la velocidad con la que Proception logró avanzar: apenas cinco meses después de su fundación, ya estaría desarrollando manos robóticas con un nivel de sofisticación y características notablemente similares a las de Optimus, lo que sugiere, de acuerdo a la automotriz, que se habrían evitado etapas fundamentales del ciclo de diseño e ingeniería gracias a la utilización indebida de datos técnicos exclusivos.

La figura del robot Optimus ha sido presentada por Musk como un pilar central en la estrategia de largo plazo de Tesla, incluso más allá del negocio automotor. En presentaciones recientes ante inversores, el empresario destacó especialmente las mejoras en la capacidad de manipulación de sus extremidades, las cuales cuentan con sensores avanzados y permiten una precisión que «cambiará la economía del trabajo tal como se la conoce». Es justamente esa área del proyecto, centrada en las manos del robot, la que habría sido vulnerada.

Antecedentes recientes de Tesla

Este nuevo conflicto legal se suma a una serie de antecedentes donde Tesla ha acudido a los tribunales para proteger su propiedad intelectual frente a movimientos de talento hacia startups rivales. La compañía ya ha iniciado demandas similares vinculadas al sistema de conducción autónoma y a tecnologías de baterías. En todos los casos, el objetivo es el mismo: evitar que desarrollos estratégicos caigan en manos de competidores nacientes que podrían beneficiarse del conocimiento acumulado por años y sostenido por inversiones millonarias.

Aunque el monto económico exigido no fue especificado, Tesla pidió a la Justicia que impida por la vía legal el uso y la explotación de la información por parte de Li y su empresa. La compañía también solicitó que el caso sea resuelto en juicio por jurado, en un intento por sentar un precedente sobre la protección de tecnologías emergentes.

La disputa no solo refleja la creciente sensibilidad de las grandes tecnológicas frente al riesgo de fuga de datos críticos, sino que también plantea interrogantes sobre los límites entre la experiencia profesional acumulada y la apropiación indebida de secretos industriales. En un escenario global donde la inteligencia artificial y la robótica avanzan a ritmo vertiginoso, este tipo de casos podría redefinir el modo en que las empresas blindan sus innovaciones y gestionan la salida de personal clave.