Milei se reunió en Israel con familiares de rehenes argentinos aún cautivos en Gaza

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JERUSALÉN.- Aunque debido al agotamiento acumulado en los últimos días de gira, el calor sufrido en todas las escalas -Roma, Madrid, Niza- y la garganta tomada, el Presidente canceló muchas de las actividades que tenía previstas este miércoles, sí mantuvo su encuentro con familiares argentinos rehenes aún en manos del grupo terrorista Hamas en Gaza y también de asesinados durante su cautiverio, para transmitirles, una vez más, todo su respaldo y solidaridad.

Se quedó poco porque está enfermo, con la voz tomada, no tenía buena cara, quizás fue el cambio de clima, del frío al calor, pero nos saludó a todos, uno por uno y nos habló; le agradecimos todo lo que está haciendo y le pedimos que siga así, que no baje los brazos”, contó a LA NACION Silvia Cunio, mamá de David (34) y Ariel (quien mañana cumple 28), dos de los cuatro argentinos aún cautivos en Gaza. “Como siempre apoyó la causa y lo hace porque considera que es una causa justa”, añadió Silvia, que vestía una remera con la foto de sus dos hijos secuestrados y un simbólico prendedor amarillo, el color de los rehenes.

Como ocurrió durante su primera visita oficial, en febrero de 2024, se trató de un encuentro muy emotivo y a puertas cerradas. Tuvo lugar en el Ambassador’s Garden, un amplio y lujoso salón de techos altos de la Planta Baja del hotel King David, donde se hospeda, a partir de pasadas las 11 y media de la mañana locales (5.30 de la Argentina), al que el Presidente entró y salió por una puerta secundaria para no dejarse ver. Una fuente de la comitiva relativizó que estuviera enfermo, aunque sí admitió que el mandatario tiene la voz tomada, consecuencia del trajín de haber viajado a tres ciudades en tres días, del paso del calor a ambientes con mucho aire acondicionado -como le gustan a él-, algo que determinó una inflamación de la garganta. Y preocupante porque aún debe pronunciar diversos discursos, entre ellos, uno esta noche en la Knesset, el Parlamento. Tanto es así que estaba en duda su disertación de este jueves en la Universidad Hebrea de Jerusalén, la actividad que más le gusta porque dará cátedra sobre sus logros económicos en el país.

En medio de fuertes medidas de seguridad -diversos guardaespaldas-, el salón donde se reunió con los familiares de los rehenes fue acondicionado para la ocasión con una bandera argentina, sillas para todos, una mesa con botellas de agua, café y demás y, para que hubiera la máxima privacidad, con sus cortinados color oro totalmente cerrados, impidiendo la espectacular vista hacia la Ciudad Vieja desde sus ventanales. Participaron también el canciller Gerardo Werthein, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, el embajador de Argentina en Israel Axel Wahnish, el empresario Marcelo Mindlin, vinculado con el Museo del Holocausto en la Argentina -que logró entrar en un segundo momento y el presidente de la DAIA, Mauro Berenstein. “Fue una reunión muy buena y también pudimos inaugurar simbólicamente el monolito con la placa donde se reclama la liberación de los secuestrados que se pondrá en la embajada”, contó a LA NACION Bernstein, que detalló que la placa dice “¡Devuélvanlos a casa ya!”, la misma leyenda que se utiliza en las chapas que se cuelgan en el cuello todos los involucrados en la misión de liberar a los rehenes.

“El Presidente les comentó a todos los familiares que ayer en su reunión con Netanyahu (Benjamin, primer ministro de Israel) volvió a reclamarle que hiciera todo lo posible para que sean liberados nuestros connacionales”, precisó Berenstein.

Durante la reunión, que duró una hora, en la que Milei estuvo al principio y en luego se quedó el canciller, los familiares le regalaron al Presidente un libro de fotografías del 7-10, medallitas y remeras.

“Venimos más que nada para agradecerle, porque sabemos todo lo que él está haciendo, dentro de lo que puede, por supuesto. Sabemos el compromiso que tiene con Israel, el mismo Israel le va a dar un premio, que bien merecido tiene y nosotros ya los vimos cuando vino acá, nos encontramos con él, estuvo en mi casa, en mi kibbutz”, dijo Luis Cunio, esposo de Silvia. Sus dos hijos fueron secuestrados el 7 de octubre de 2023 desde el kibutz de Nir Oz, donde vivían, que fue uno de los más castigados por el salvaje ataque. David fue llevado junto a su esposa Sharon y sus dos hijas gemelas, su cuñada Danielle y su sobrina Emilia y Ariel fue secuestrada junto con Arbel, su esposa. Las mujeres y las niñas fueron liberadas en los meses siguientes.

“Vinimos a agradecerle al Presidente porque todo lo que le hemos pedido, intentó hacerlo, y bueno, está siempre con nosotros, y para decirle que no baje los brazos”, dijo Luis, que, ante una pregunta, dijo que no tenía información de sus chicos. “No tenemos información de lo que pasa con los chicos porque no permiten jamás ni que entren médicos, ni ayuda humanitaria para los secuestrados. Así que no tenemos idea del estado de salud de ellos”, lamentó Luis, que había echado raíces en Nir Oz en 1986, cuando dejó Buenos Aires para construir una nueva vida en Israel.

También estuvo Yarden Bibas, esposo de Shiri y padre de Ariel y Kfir, asesinados luego de haber sido secuestrados de su casa del mismo kibutz de Nir Oz. Vestido de negro y con ojos lúcidos, Yarden, que fue liberado en febrero y que era el mejor amigo de David Cunio, amablemente dijo que prefería no hablar con los periodistas.

Ruth Chmiel, con una remera roja con la foto de Eitan, uno de sus dos hijos aún en Gaza, hermano de Yair -liberado el 15 de febrero pasado-, también participó de la reunión.

“Es la segunda vez que vengo a encontrarme y la verdad que, como la vez anterior, estuvo muy amable con nosotros, cada uno le dijo todo lo que quería, lo que sentía”, contó al destacar que también ella venía a agradecerle al mandatario todo lo que hizo y hace.

“Especialmente yo vengo a agradecerle por todo lo que hizo, que Yair ya esté de vuelta con nosotros, y pedirle por favor que siga haciendo todo lo posible para que Eitan y todos los secuestrados estén nuevamente con nosotros”, dijo.

Consultada sobre si tenía expectativas en torno a la posibilidad, mencionada en la víspera por el primer ministro, Benjamin Netanyahu, de un nuevo intercambio de rehenes, Ruth se mostró muy cauta. “Prefiero no agarrarme de todas esas cositas porque si no, estamos en una montaña rusa, estamos todo el tiempo subiendo, bajando”, comentó.

Aunque prefirió no criticar directamente a Netanyahu porque, siendo “mamá de dos”, uno de sus hijos logró ser devuelto, no ocultó su perplejidad en cuanto a su gestión del 7-10. “Sí, en algún momento yo dije, y le dije directamente a Netanyahu, hablando por radio, por distintos lugares, que creo que se equivocó. Yo como mamá hubiese querido que todos los secuestrados en la primera semana estuvieran ya acá… Pero creo que tiene tiempo para corregir”, concluyó.


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