LAM cumplió 10 años al aire y Ángel de Brito lo celebró con una gran fiesta, emoción y también con fuertes confesiones. En medio del festejo, el conductor develó uno de los secretos mejor guardados de los comienzos del ciclo: quién fue la figura que más lo boicoteó y por qué casi no se concreta el programa que hoy es ícono del espectáculo.
“Gracias a todas las angelitas, a los productores, pero sobre todo a ustedes, que están desde el primer día. Nos fue bárbaro y acá estamos diez años después. El lunes volvemos con más, no es una despedida”, dijo Ángel en el especial de aniversario. Pero detrás de todo ese éxito, hubo un comienzo complicado, con peleas internas y decisiones claves que marcaron el rumbo.
Ángel contó que la primera idea para el programa era muy distinta: cuando trabajaba en DDM, surgieron dos propuestas para las mañanas de El Trece. Una era suya, con la productora Mandarina, y la otra era de Marcelo Tinelli, que quería hacer un magazine con Pampita. Finalmente, Adrián Suar optó por la de De Brito, pero con modificaciones que definieron su esencia.
“La idea original era con panel mixto, hombres y mujeres. Habíamos armado un panel con figuras de ambos géneros. Pero Suar dijo: ‘No, mejor Ángel con todas mujeres’, y ahí nacieron las angelitas. El nombre original era otro”, contó Ángel sobre el cambio que marcó la historia del programa.
ASÍ NACIERON LAS ANGELITAS Y CAMBIÓ TODO
El primer panel de “Los Ángeles de la Mañana”, que debutó el 2 de mayo, estuvo integrado por Andrea Taboada, Analía Franchín, Noe Antonelli, Miriam Lanzoni, Nancy Pazos, Mercedes Martí, Carmela Bárbaro y Yanina Latorre. “A todas las elegí yo con la producción. Con algunas ya veníamos de trabajar en DDM, a otras las convoqué especialmente. Mercedes estuvo tres meses y luego se sumó Nequi Galotti”, recordó.
Pero el momento más tenso llegó cuando Ángel tuvo que dejar su trabajo con Jorge Lanata para dedicarse a su programa: “Lanata no me quería dejar ir. Me decía que iba a fracasar, que las mañanas de El Trece eran un cementerio desde Guinzburg. Me dijo que estaba loco y fue un drama. ¡Era el mismo horario!”
De Brito explicó que quería seguir colaborando con Lanata, haciendo LAM a la mañana y sumándose después a su ciclo radial con una columna, pero Jorge no lo permitió: “En vez de dejarme ir, contrató a Marina Calabró, que sí podía llegar tarde porque venía de Intrusos. A mí no me lo permitió. Fue para que me ofendiera”.
Finalmente, la tensión se disipó y volvieron a trabajar juntos en buenos términos. Pero ese cruce marcó una etapa clave de la carrera de Ángel de Brito… y de la televisión argentina.