El legendario piloto Ronald David Scott, uno de los argentinos que se enroló voluntariamente en la fuerza área de Gran Bretaña para luchar contra los nazis en la Segunda Guerra Mundial, falleció este jueves a los 107 años en la residencia de ancianos de la Asociación de Beneficencia Británica y Norteamericana (BABS) del barrio porteño de Villa Devoto.
Scott murió este Jueves Santo en el hogar del BABS donde hasta el sábado pasado había recibido la visita de su hijo Roger, quien vive en Italia. Según allegados a la familia, la gran demanda de pasajes por la Semana Santa le había complicado el regreso al hijo que estimaba para el lunes su nuevo arribo a Buenos Aires para ocuparse de la exequias de su padre.
El piloto, a quien todos conocía como Ronnie, nació en Villa Devoto a pocas cuadras del hogar donde pasó los últimos años de su vida. Su padre era escocés y había combatido en la guerra de los Boers, en Sudáfrica. Su madre, enfermera, era inglesa y ambos llegaron a Buenos Aires a principios del siglo XX para formar una familia.
Ronnie Scott fue uno de los 5.000 argentinos que se alistaron como voluntarios para pelear junto a los aliados. Sintió el impulso de ir cuando tenía 24 años y jugaba en la primera del Belgrano Athletic que, en uno de sus salones, homenajea a los veteranos de las dos guerras mundiales.
«Creo que todos deberían haber ido a parar a Hitler. Fue un malnacido que provocó un horror», dije Scott en una de las últimas entrevistas que concedió a Clarin, cuando en medio de la pandemia en 2020 vivía en San Isidro y solía recorrer sus calles en bicicleta.
Scott también recordó cómo le había quedado impactado la visita en marzo de 1931, del príncipe de Gales y futuro rey de Inglaterra, Eduardo VIII, a quien vio jugar un partido de polo en Hurlingham cuando él tenia 14 años.
«En ese partido el príncipe Eduardo se arrimó al cerco y me pidió un agua tónica. Fui a buscársela y pedí que le pusieran limón. Cuando se la di le gustó. Al día siguiente, la Embajada Británica me invitó a conocer el portaaviones Águila, que fue el primero que vino a Buenos Aires y eso me quedó grabado en la mente», relataba Scott.
La embajadora de Gran Bretaña, Kirsty Hayes, lo despidió en las redes sociales con un sentido mensaje en el que señaló que «la partida de Ronny Scott es una noticia que nos entristece a argentinos y británicos. Nacido en Villa Devoto, vivió 107 años en los que mantuvo siempre su compromiso con la comunidad. Y en la Segunda Guerra Mundial demostró su valentía como piloto de la Royal Navy».
El Club Atlético San Isidro (CASI) también se hizo eco de su muerte y señaló: «Hoy nos toca despedir a un emblemático socio, el querido Ronnie Scott que nos dejó nada menos que a los 107 años».
Y, reseñó que «jugó al hockey en el CASI, cuando aún existía este deporte para los hombres en el club, también al rugby y al cricket y fue un apasionado jugador de bowls. Si bien nació en Argentina, era hijo de padre escocés y madre inglesa y peleó en la Segunda Guerra Mundial, donde piloteó aviones de caza para la Armada Real Británica».
«Una vida de película para un gran personaje del Club, siempre alegre, muy respetuoso y con muchos amigos», sintetizó el CASI.